Qué año de mierda...si no fuera por dos pequeñas cositas que me mantuvieron medianamente estabilizada, ya estaría internada en algún lado.
Odio los años pares.
Quiero pasar año nuevo en la casa de mi mamá, como siempre.
Quiero cocinar y cocinar hasta el hartazgo, para que sólo se hable sobre qué rico estaba todo.
Quiero abrazar y dar un beso a todos a las 12, cosa que acá parece que no sucede.
Quiero recibir infinidad de llamados, o hacerlos.
Quiero ver fuegos artificiales.
Quiero turrón de coco y pan dulce.
Quiero pollera nueva para mi hija y sandalitas, quiero que esté de punta en blanco mañana por la noche. Quiero estrenar un vestido. Pero no tengo un mango para comprar nada.
Qué año de mierda...y qué ganas de salir corriendo...
Venía rápido, muy rápido y se le soltó un patín...