lunes, 8 de octubre de 2007

Yo, Migral Compuesto

Él sufre de los mismos dolores de cabeza que yo. De esos que me obligan a bajar las luces, tomarme cuanta pastilla encuentre, darme una ducha congelándome con tal de dejar la cabeza bajo el agua helada y encerrarme en mi dormitorio para morirme sobre mi cama. Pero él además, se congestiona. Cuando veo sus ojos disminuyendo su tamaño, su cuerpo apichonado y un pañuelo en sus manos, tiemblo. Sólo quien conoce lo que significa padecer una migraña , cuando ve aparecer esos síntomas, sabe que es el comienzo de una guerra perdida. Y ahí está él, sentadito en una silla haciéndome el aguante, con sus piernas abrazadas delante de su pecho tan bonito, moqueando, escondiendo cada tanto su cabeza entre sus rodillas para evitar la luz. En estos casos quisiera creer en los poderes de bruja que siempre me atribuyeron y nunca supe encontrar. Quisiera abrazarlo y con mis manos en su frente ahuyentar ese dolor. Quisiera que un tecito tibio lo aliviara, que el aire fresco que entra por la ventana de la cocina lo despejara un poco. Pero se cómo son estas cosas. Incluso, mejor ni dirigirse la palabra, porque todo molesta. Seguramente, ahora se levante y se vaya a pegar una ducha.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tal para cual!!
Sé lo que sufren con esos dolores. Tal vez el clima frío les alivie las tensiones.