jueves, 20 de diciembre de 2007

A llorar a la iglesia

Estaba yo hace muchos años en el Piana reincidiendo en el taller, inmersa en un grupo de gente rara como suele verse en estos lugares. Entre ellos, había un matrimonio que llamaba mi atención. De unos 45 años ella, de él no recuerdo ni siquiera la cara. Ella era la mezcla perfecta de dos compañeras de trabajo que tuve. El aspecto físico de Yolanda y la forma de vestir y comportarse de Elba. Y se ve que las dos tenían alguna conexión de algún tipo porque terminaron, en distintos momentos, encamadas con el mismo médico. La cosa es que en medio de un debate sobre vaya a saber qué, la mujer rara del taller dijo que su marido y ella formaban parte de un "grupo de lloradores". No sé la cara que habrán puesto los demás, pero puedo imaginar perfectamente la mía. Me sorprendí al notar la diferencia que hizo al no decir "llorones", que es lo que en el fondo, todos los que estábamos sentados en esa mesa pensábamos. Y explicó sobre los beneficios del llorar, de lo bien que le hace al cuerpo y al alma, de sus cualidades terapéuticas, del desahogo, la liberación de angustias y no se qué otras yerbas. Una vez que terminó de explicar las bondades de su extraña terapia, se puso de pie y dijo: -"Y si ahora me disculpan, me voy un ratito afuera a llorar". Abrió la puerta y salió. Ésa, fue la última noche que asistí al taller.

4 comentarios:

yo, mamuchi dijo...

con el tiempo aprendi que no hay que malgastar las lagrimas por que son una buena herramienta, con ellas podes hacer de todo.

Anónimo dijo...

la vida siempre nos pone en situaciones límites, ya sea por felicidad, por dolor o impotencia. Y el tuyo es un buen consejo, en la iglesia nadie te mira como bicho raro, las miradas son de comprensión. Nadie te molesta, ni te reta. Guardarse siempre las lágrimas hace que la gente se ponga una máscara, para que los demás no vean, cuando en realidad, lo único que buscaban era un abrazo.
Lloradores? No sabía.

Anfitrite dijo...

anónimo, ¿a qué iglesia vas?

Anónimo dijo...

y... si te digo eso ya dejo de ser anónimo.
a ver si quieren ir todos a la misma iglesia, nooo