Yo quería decirlo. Hacía rato que me daba vueltas en la cabeza. La idea de seguir ocultando determinadas cosas después de tantos años ya no tenía sentido. Y ahora que estoy afuera menos aún. Ya ni recuerdo cuándo ni cómo se lo dije a ella. Hace unos años, en un sótano lleno de humo de cigarrillo se lo dijimos a él. No le llamó la atención que su mujer llamara a mi celular para ubicarlo. Debe haber sido por la cerveza. Y así como yo creo que lo único que no he perdido con el correr de los años es la capacidad de asombro, supongo que el resto tampoco. Y hoy hay caras que ya no puedo ver. Y hay cosas, que debería haber dicho antes de irme y no las dije. Y ya es tarde. Quizás, algún día, tenga la oportunidad de mostrar algunas fotos. Hasta tanto, hay un detallito que sólo dos, además de los involucrados, conocen.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
intrigante la historia..
no podes ser asiii... jajaa conta
Publicar un comentario