miércoles, 19 de marzo de 2008

La nena

Ella es casi un ángel. La conocí hace diez años, cuando ella recién salía del colegio secundario. Fuimos compañeras de trabajo desde entonces. Y por esas cosas del destino, cada vez que a una la cambiaban de dependencia, al tiempito le daban el pase a la otra también. Nos volvimos inseparables, confidentes, amigas de verdad. Y hace unos meses la dejé sola en medio de un nido de víboras. Esta noche, hace unas horas, ella se subió a un micro. Mañana a la tarde la voy a buscar a la terminal. Es una de las personas que más extraño. Y la única que realmente entiende mi pérdida.

domingo, 16 de marzo de 2008

Buenos ejemplos

Hora del almuerzo. El chiquito estaba sentado en su sillita muy entretenido con el guiso que había preparado mamá. Ella se paró delante de él. De espaldas. Se bajó el pantalón y la bombacha, apuntándole con el culito y moviéndolo de un lado a otro.
-Mirá Taki...miráaaaa.
-¿Qué hacés Guada?
-Nada mamá. Lo mismo que Homero Simpson.

Y mi mamá me lo advirtió. "¿Te parece que es un programa para que mire Guada?".
Es que es lo único que puedo mirar yo fuera del Discovery Kids...
Quechelevaché...

sábado, 15 de marzo de 2008

El ratón ha de estar feliz


En reconocimiento a su esfuerzo de años, a su capacidad, su tenacidad, honestidad y perseverancia, el ratón tiene nueva cueva. Tendrá nuevo sello, otra vista, distinta perspectiva. Abandonará mi querido 421 para encabezar la veintena. Por fin, tendrá su tan ansiada firma. Aquél, que pasó por la ciudad en la que los hombres se convierten en dioses, volvió para convertirse en la cabeza de una jefatura. Es una pena, no estar ahí para compartirlo.

Felicitaciones, querido Hámster.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Desorientada

Desperté sobresaltada. La oscuridad me asustó. Hacía frío y me encontré sola. Perdida. El ambiente olía ajeno. Me mantuve cauta unos instantes. Revolví en mi cabeza tratando de recordar algo. Moví mi brazo izquierdo, luego mi pierna. Me descubrí en una cama de dos plazas. Sola. Saqué mis brazos de debajo de las sábanas y los llevé hacia atrás. Toqué un respaldo suave, redondeado. Me incorporé y lo seguí de punta a punta. No me hallé en ningún lugar. Decidí levantarme y tratar de encontrarme. Abrí los ojos hasta el dolor. Aún así, no logré ver nada. Caminé despacio hacia adelante. Extendí mis brazos para ayudarme en la ceguera. Moví lentamente los pies evitando obstáculos. Dí con una pared, y me moví en ella guiada por el tacto. Encontré su final y una abertura. Me hundí temerosa y seguí por un pasillo. Toqué una puerta. Lentamente la abrí y estudié el nuevo espacio desde afuera. Seguí el marco de madera, desde arriba hacia abajo. Del lado de adentro encontré una llave de luz. Temí encenderla, pero no tenía opción. Con un escalofrío lo hice. Yo tendría siete años. Y un miedo atroz.

lunes, 10 de marzo de 2008

Final de cuento

-Mami, ¿viste que Cenicienta hace lo mismo que vos?
-¿Qué, Guadi?
-Limpiar, mamá. Qué va a ser...
Claro, de príncipes, zapatitos de cristal y bailes suntuosos ni hablar...

Vocación

Ella tiene una de las sonrisas más bonitas que he visto jamás. La voz dulce, los ojos preciosos. Hace mucho tiempo que dejó de ser una niña, pero se mueve como si continuara siéndolo. Usa zapatillas y el cabello recogido con un broche. Lleva su delantal impecable. Verde con bordes y bolsillos rojos. Tiene una imaginación riquísima y la habilidad necesaria para inventar un cuento con un títere en la mano. Se sienta en el piso y juega con los autitos. Se enchastra las manos con espuma de afeitar, y dibuja un corazón en los cachetes de los enanos. Les limpia las manos con infinita paciencia. Los entretiene mientras les habla , los mantiene atentos. Forma una medialuna de sillitas diminutas y los sienta, mientras ella toma su guitarra, se acomoda al frente y les canta con voz de ángel. Ellos la miran, se tocan la cabeza, estornudan y se tocan la nariz. Los lleva al patio a jugar con las piedritas y a recoger las manzanas que caen de los árboles. Los hamaca despacito, los sube y baja del tobogán. La he visto bailar en el patio, con Lolo a upa, mientras le cantaba una canción sobre un avión que subía y bajaba, meciéndolo de un lado a otro, girando, mientras las lágrimas de Lolo se convertían en risas. Ella, llevará a Iñaki de la mano este año.



miércoles, 5 de marzo de 2008

Deuda pendiente

Señores, a mi edad, sigo rindiendo exámenes. Por fin, he tomado coraje. Obvio, fue mucho más facil de lo que pensaba.

Hoy, estoy feliz.







Misceláneas

"Me despertó el gato. Maullaba, y parecía que decía FUEGO, FUEGO."