domingo, 23 de septiembre de 2007

Montchenot, por favor


Ella tiene un turno con una profesional. De esas que no conocés sino a través de la cartilla de prestadores y elegís sólo por el domicilio. Todavía cree que él la va a acompañar. Cuando le pasa los datos de la cita, él le dice que no puede asistir, que tiene un compromiso. Ella especula, duda, consulta y concluye. Hay partido de fútbol. Pero quizás, recapacite y vaya. Por si acaso, le pasa la dirección y el horario. Todavía le tiene fe. Me llama y me cuenta. Yo digo que no va a ir. Ella me porfía. Apostamos una botella de vino tinto. Ella está sola sentada frente a su inquisidora. Duda, da vueltas, confiesa. Como dijo Jack, todavía apuesta a su favor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo que la ingenuidad en mi vida es como una costumbre..... puedo firmar como "la boluda.com"

Anfitrite dijo...

No hay caso, no aprendés más...

Anónimo dijo...

ya va a aprender, todos necesitamos distintos tiempos.