lunes, 26 de noviembre de 2007

Santuario

Cerca de la una de la mañana. Silencio afuera. Adentro, suena Pata Negra bien bajito porque los chicos duermen. Inauguro mi nuevo santuario. No tiene techo abovedado ni crucerías como soñé. Estoy sentada frente a un escritorio limpito, y tengo delante de mi un ventanal enorme, casi del techo al piso, que da al frente de la casa.Un par de metros de un intento de jardín, una cerca que me empecino en llamar tranquera y una calle de tierra que mirándola desde donde estoy, va en bajada hacia la derecha. En la vereda de enfrente, una plaza, y más allá, una decena de casas estilo alpino que van subiendo la montaña para formar parte de mi paisaje. Cerca de la una de la mañana y se escuchan los teros que juegan en la plaza. Una brisa fresca entra por la única ventana que está abierta. La luz de la luna me muestra la cima irregular del cerro y se dibujan las siluetas de los árboles más altos. Tengo un buzón de madera,con forma de cabaña. Una cerca perimetral de alambres escondidos debajo de un millar de retamas. Tengo una escalera de madera que cruje y rosales en el jardín. Tengo una rampa que Iñaki confunde con un tobogán y una galería en la que Guada anda en bicicleta. En fin, tengo mi santuario en medio del paraíso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya llegaste!!! Te extrañaba... abria el blog a cada ratito para ver novedades... Ya te tengo otra vez!!! Besos An

Anónimo dijo...

que lindoooooooo ya quiero irrrrr..... espero que esten bien

Anónimo dijo...

Me alegra leerte de nuevo.
La descripción pinta un buen panorama. Deseo que encuentren todo lo que fueron a buscar.