sábado, 26 de abril de 2008

Antes muerta que sencilla

Te vi llegar desde la ventana del living. Bajaste del auto, juntaste unos papeles y cerraste la puerta furioso. Miraste hacia arriba, yo corrí las cortinas por las dudas. Antes había apagado las luces. El tráfico constante sobre la calle no te dejaba cruzar. Parecías ansioso, movías mucho las manos. Detrás del voile blanco podía ver tu seguridad, tu decisión. Determinante. Sonó el portero. Una y mil veces. Temí que se despertara algún vecino, era de madrugada. No te abrí, ni tampoco se quién lo hizo. Me senté en el sillón, mi sillón, mientras tocabas desesperado el timbre. Hasta golpeaste la puerta. Hacía unas semanas me habías dejado tus llaves. No te abrí. Y no insistas. Yo no te firmo nada.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pusiste nerviosa con tu relato. Me dió algo así como ansiedad ¿?

Anfitrite dijo...

Y....eso es bueno o es malo????

Diva dijo...

Es entonces, que sabemos que dentro de uno existe un increible Poder,ese de hacer que toda la energia que el otro tiene en cada golpe, se le vuelva en su contra... el poder siempre esta en nosotros.
Esta vida es un aprendizaje continuo, que hace que descubramos el temple que podemos llegar a tener ... aunque para eso tengamos que sufrir.

besos

Pedro Paso dijo...

¿Qué cosa no le firmas?¿se puede saber?

Anónimo dijo...

No sé que tenías que firmar, pero hiciste bien!
Por lo menos, que les cueste un poco.

Anfitrite dijo...

No importa qué. Pero si me dejó sus llaves, no le firmo nada.