sábado, 12 de enero de 2008

Rastro

Pensó en mandarle un mensaje al celu. Pero le pareció un desperdicio. Si había algo que admiraba en ella era su suspicacia tan arraigada. Pensó en llamarla directamente, pero se dio cuenta de que no tenía el número de su casa. Y no quería oír su voz entrecortada. Quería medir cada silencio en su sorpresa cuando escuchara su voz. Pensó en dejarle algunos mensajes ocultos entre sus papeles, de esos que sólo ella pudiera leer. Y así llevarla a algún otro lugar donde pudiera decirle lo que quería. Pero se dio cuenta, que todo, absolutamente todo lo que hiciera era en vano. Si no iba sola, era porque no quería ir. Y entonces, ¿Qué sentido tenía insistir?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

- el que calla otorga
- no news good news
nada..... algunos escriben poesia, otros escribimos refranes.... algun problema????

Anónimo dijo...

Que arte para la intriga! Un arma poderosa en manos femeninas...

Anfitrite dijo...

¿Será tan así? ¿El que calla otorga? Salvo que uno sea medio cobarde, ¿no?

Anónimo dijo...

que conteste el sospechoso!

Anfitrite dijo...

Si lo encontrás, avisale que lo andamos buscando...Hoy se me perdió en una heladería.