jueves, 31 de enero de 2008

Guardia de cenizas


No sabía cómo sacarte de mi cabeza. Quise no pensar más en vos. No imaginar lo que pudo haber seguido después de la noche en que dormiste conmigo. Hubiese querido evitar ilusiones de cualquier tipo en las que estuvieses incluído. Poder frenar este arrebato de emociones, este sinfín de recuerdos. Quería dejar de verte en cada rincón de mi casa, pero era inútil. Allí estabas. Entre mis libros, en cada copa de vino, hablándome entre mi música suave. En mi cama fría y en cada ducha tibia. Entre mi paisaje tan vacío y en todos y cada uno de mis sueños. Quise no avivar más el fuego, juro que traté con todas mis fuerzas. Pero no pude evitar llamarte. Y una vez más, comenzó el incendio.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay personas que nos dejan una marca imborrable en el corazon. Grandes pasiones. Muy bueno.

Anfitrite dijo...

Grandes pasiones...mmm...si...me gusta como suena...

Anónimo dijo...

El cambio de aire te ha vuelto un poco misteriosa, pero me gusta así.
Claro que leo, pienso y después escribo.
No me cierran los números!! jajaja