lunes, 13 de agosto de 2007

Y yo, que creía haberlo visto todo


Es una de esas escenas que uno ve sólo en las películas, o en las novelas mejor dicho. Como siempre, testaruda, arrogante, egoísta y todas esas cosas que uno sabe que es pero a veces no lo admite hacen que nuestra realidad sea única. Y por ende, igual a la de los demás. Tengo la costumbre de creer que todo el mundo sabe lo que me pasa, lo que quiero y lo que no, lo que me molesta, lo que me haría feliz. Siempre espero más, nunca me conformo. Y por ésto, no veo las debilidades del otro. Pero a veces, alguien decide parar la pelota y sincerarse. Lo raro es que esto sucede cuando uno menos lo espera. Sienta bien barajar y dar de nuevo. No es tarde todavía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Está mal visto que las personas "PIDAMOS"... como que es de mala educación.... pero en las relaciones, no podemos pretender tener "ADIVINOS" a nuestro lado.... no podemos pretender que nos lean la mente para que sepan que necesitamos.... o sentimos. A hablar se ha dicho!!!!!!!!!!!!