jueves, 17 de enero de 2008

Never tear us apart

Era el patio de una casa vieja. Pasto en los costados y un camino irregular de cemento en el medio. Me habían pedido que llevara lamparitas rojas, para ambientar el comedor. Y como jamás se me hubiese ocurrido que venían así de fábrica, no tuve mejor idea que pintarlas con témpera. Por supuesto, que a los cinco minutos de estar encendidas, comenzaron a quemarse y a producir una humareda que de continuar puestas, algún vecino hubiese llamado a los bomberos. La cosa es que para no romper con el ambiente, prendimos velas en toda la casa.
Estábamos los dos afuera, parados sobre el camino irregular y apoyados sobre la medianera. Me recuerdo con una copa en la mano. Las ventanas que daban hacia el comedor, estaban abiertas de par en par. La música sonaba dentro. Comenzó a cantar Michael Hutchence, "Don't ask me, what you know is true"...Él me tomó de la mano, dejó mi copa sobre el piso y me llevó hacia adentro casi corriendo. Hacía tanto que no bailaba un lento.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

por lo de las lamparitas tenian pensado hacer algo mas que bailar lento. eso si hay que tener imaginacion para pintarlas con tempera. yo conocia lo de ponerle una gotas de escencia para perfumar el ambiente. pero todos los dias se aprende algo nuevo que no hay que hacer

Anfitrite dijo...

¿Y vos te creés que mi negación a las manualidades es nueva? ¿Cómo iba a saber yo que se vendían lamparitas rojas? Si era una neeeena....

Anónimo dijo...

no tan nena como para tomar vino

Anfitrite dijo...

Fue una licencia poética. Bien pudo haber sido un vaso de plástico con coca cola.

Anónimo dijo...

y.. si me hubieses preguntado a mi, yo te habría dicho que también de adolescente, tuve una lámpara roja en mi dormitorio, la piecita larga. Queda espectacular, pero no se vé nada. Ycomprada, no pintada.